La abeja
Personificada el alma, y viendo la gran laboriosidad de la abeja,
refirió esto:
Le he preguntado a
una abeja:
“¿Por qué tanta
perfección?”
Me ha contestado
enseguida:
¡“Porque así lo quiso
Dios”!
“Trabajo por mis
congéneres,
no importa el frío o
el calor;
laboro a todas horas
sin decir:
“Sanseacabó.
No sé qué es la estulticia,
ni eso que llaman
rencor;
me afano en pos de la
vida
y desconozco otro
honor.
¡Yo no quiero, alma mía,
que me dejes cuando
muera;
acompáñame en esta
vida